viernes, diciembre 08, 2006

Derechos Humanos: un vistazo filosófico

por el compañero Eduardo L. Lamphrey J. III, en conmemoración del 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.

miércoles, diciembre 06, 2006

De la indiferencia a la amenaza

Nosotros, estudiantes universitarios del Colectivo Derechos Humanos – Universidad de Panamá, en este fin de año, período que debiera ser de regocijo, nos manifestamos hoy ante la situación de decadencia general que experimentamos en el sistema de gobierno, ante el malestar generalizado del pueblo que habita junto a nosotros este territorio.

Además de la indiferencia demostrada a través de la irresponsabilidad, ineptitud, ineficacia, incapacidad e insensibilidad de quienes ejercen la función pública de gobierno que ha dado por resultado los desastres del sistema de salud y el sistema de transporte, por mencionar únicamente lo más reciente, y que amenaza limitarse a la búsqueda de chivos expiatorios, espectáculos mediáticos y el oportunismo para encontrar nuevos negocios particulares, hoy debemos además soportar la amenaza.

Es de público conocimiento el aumento de precios y la situación económica de los jubilados y pensionados, elementos de la comunidad que si no figuran en las estadísticas de la pobreza y extrema pobreza, es únicamente por la flexibilidad de las estadísticas y la debilidad de los parámetros.
Por todos es padecido el desempeño de los servicios públicos que podrían solventar ciertas necesidades como la atención de salud, hospitalización y medicinas, que constituyen invariablemente responsabilidad del Estado panameño.

Tras semanas de manifestación por un grupo creciente de jubilados y pensionados que cuentan con el apoyo consciente de la ciudadanía, primero en la Plaza 5 de Mayo y luego en la Transístmica, protesta ignorada por autoridades públicas indiferentes que apuestan por el cansancio de una población acosada por 21 años de dictadura y 17 años de desgobierno seudodemocrático, aparece el vicepresidente Rubén Arosemena, último eslabón de un grupito político especializado en el parasitismo oportunista de infeliz recordación en la coyuntura de la Caja de Seguro Social y otras, expresando la divina tolerancia que “por su edad y condición” el gobierno ha dispensado a los participantes de las protestas.

¿Espera acaso que se detenga la protesta, se olvide la necesidad y se regrese a casa complacido con la misericordia de los dioses? Y es que cuando el vicepresidente dice que “no pueden continuar aceptando intransigencias de este grupo minoritario que altera el orden público y se aprovechan de su condición”, ¿amenaza a alguien?, ¿por qué sus propuestas de solución siempre van por el camino de exprimir más a los que no ganan salarios como el suyo (subir el aporte de los salarios de los trabajadores), a los que no tienen contactos sociales como los suyos, a los que siendo pueblo se han olvidado de lo que son y apoyan la injusticia que ahoga al panameño de a pie?

¿Espera en serio que alguien tome miedo con su actitud?, ¿le hablaría así a sus padres o abuelos?, ¿su partido ya no aboga por el “habla pueblo habla” como en 1989?, ¿no lo hace usted?, ¿por qué sí se pudo montar una campaña por la ampliación de millones de dólares?, ¿por qué siempre hay más dinero para los diputados?, ¿por qué los beneficios para quienes ganan miles de dólares y no necesitan?, ¿por qué pasea tanto el presidente?, no se moleste en responder estas preguntas, dudamos de su capacidad, debe limitarse en todo caso a respetar sino a todo al pueblo (es mucho esperar de usted), al menos a los mayores.

Hay cosas que definitivamente no cuadran. El pueblo panameño debe crecer en conciencia, y saber quiénes somos. Solamente con nosotros contamos. Cuando luchemos, obtendremos lo que nos pertenece.

Ciudad de Panamá, 7 de diciembre de 2006