viernes, noviembre 24, 2006

25 de Noviembre

Posted by Picasa

DÍA INTERNACIONAL PARA LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Nosotros, estudiantes de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá, miembros del colectivo DD.HH.UP. Derechos Humanos – Universidad de Panamá, nos manifestamos ante la conmemoración a nivel mundial y en nuestro país, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en consideración a los altos niveles de violencia de que es víctima el género femenino.

La violencia de género es aquélla que involucra a hombres y mujeres, en la cual la mujer es usualmente la víctima, y que se deriva de una desigualdad de poder entre ambos.

En materia de violencia doméstica, sólo en América Latina un promedio del 70% de las mujeres ha sido objeto de abuso físico, emocional o sexual por parte de su compañero o de un familiar.

La Ley No 38 de 2001 que penaliza este comportamiento, define la violencia doméstica como el "patrón de conducta en el cual se emplea la fuerza física o la violencia sexual o sicológica, la intimidación o la persecución contra una persona por parte de su cónyuge, excónyuge, familiares o parientes con quien cohabita o haya cohabitado, viva o haya vivido bajo el mismo techo o sostenga o haya sostenido una relación legalmente reconocida, o con quien sostiene una relación consensual, o con una persona con quien se haya procreado un hijo o hija, como mínimo, para causarle daño físico a su persona o a la persona de otro o para causarle daño emocional".

Por su parte, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer o Convención de Belem Do Pará, aprobada por nuestro país a través de la Ley No 12 de 20 de abril de 1995 establece claramente que: "Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado"; y obliga al Estado a adoptar políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia.
Comúnmente se da el Ciclo de la Violencia, en el cual los maltratadores de hoy fueron objeto de maltratos en su niñez y en donde se distingue una etapa de acumulación de tensiones caracterizada por abuso psicológico, otra etapa de descarga o abuso físico y una tercera etapa de "reconciliación", volviendo a repetirse el ciclo inicial indefinidamente en las relaciones de parejas que padecen esta situación.
En esta fecha resulta importante que hombres y mujeres reflexionemos sobre esta problemática y defendamos la idea de que el abuso doméstico y la agresión sexual\n son inaceptables, examinemos nuestros comportamientos con nuestras parejas de manera de promover relaciones igualitarias y de respeto mutuo y aboguemos para que la violencia doméstica sea tipificada como un delito grave en el nuevo Código Penal, de forma que los culpables no queden en la impunidad y haya reparación a las víctimas.
Siempre hacia adelante, el ser humano primero.

Cristel De León
Ramón Benjamín
Vania Archibold
Eduardo Lamphrey
Joao Quiróz
Octavio Vargas

Ciudad de Panamá, 24 de Noviembre de 2006

martes, noviembre 14, 2006

Justicia y Solidaridad

Hace ya más de un mes que estalló públicamente la crisis de los medicamentos en la Caja de Seguro Social que ha cobrado más de 40 víctimas fatales; hace más de 15 días que ocurrió la lamentable muerte de 18 panameños en el incendio de una unidad del transporte público colectivo en el sector de La Cresta.

Hace una semana nos manifestamos como colectivo universitario ante ambas situaciones; hoy, conscientes de la necesidad de ser perseverantes para conseguir justicia, para escaparnos del olvido y la indolencia, para prevenir nuevas tragedias, volvemos a formular y dar a conocer nuestra posición.

Primero, reiteramos nuestro solidario pesar a los familiares y amigos de los fallecidos, y ofrecemos todo el apoyo que como estudiantes, ciudadanos panameños, jóvenes y seres humanos, nos sea posible ofrecerles en el necesario camino de exigir verdad, justicia y reparación por tan irreparables pérdidas. Esperamos asimismo, el apoyo voluntario de quienes con más conocimiento y experiencia que nosotros, pueden ofrecer ayudas más concretas expresando compromiso humano social y profesional.

Segundo, expresamos aprecio por todas las iniciativas solidarias que desde todos los sectores han surgido, desde los organismos de la sociedad civil, los sectores populares, las iglesias, y el sector oficial. No es el momento de dispersar fuerzas, ni el caso lo permite, por respeto a todos los que hoy sufren.

Tercero, nuestra posición será de vigilia permanente y constante seguimiento al proceso, pues semejantes desgracias no pueden quedarse en expresiones de buena intención, en rezos y solicitudes de paz a las almas, en operativos temporales ineficaces e inculpación de chivos expiatorios dentro de los rangos inferiores.

En ambos hechos, deben deslindarse absolutamente todas las responsabilidades administrativas, civiles y penales para todos los rangos dentro de la administración pública y el sector privado que por acción u omisión han permitido tales desgracias.

La importación de materias primas para medicinas, el manejo y producción de medicamentos, el control de calidad, la atención médica, la transparencia en la información pública. La importación de buses chatarras, el sistema de cupos, de revisados, de seguridad vial, de financiamiento al transporte. Estos y muchos más aspectos deben ser minuciosa y severamente investigados, seguramente aparecerán responsables en distintos niveles jerárquicos, grados y formas, de todos los colores políticos que consumen nuestra tierra en los robustos brazos de la corrupción actual.

No apelamos a la dignidad de quienes se saben responsables pero se amparan en sus redes sociales, políticas y económicas, no pedimos imposibles, no aspiramos a encontrar lo inexistente en individuos de su clase.

Pedimos simplemente la solidaridad consciente de nuestros semejantes, para que a fuerza de presión social, nuestro sistema de justicia por fin cumpla su cometido y haga honor a su nombre, iniciando quizá un sendero de vigilancia ciudadana que haga posible el advenimiento de la necesaria justicia terrenal a nuestro país.

No podemos seguir de brazos cruzados, callados, frente a este cobarde genocidio disfrazado de accidentes, mientras caen como moscas nuestros semejantes. No podemos seguir en la apatía ciudadana, simplemente contando muertos y esperando el nombre del siguiente, sin exigir a nuestras “autoridades” que den la cara al sol y asuman todas las responsabilidades que tienen, y al sistema de justicia: que investigue y sancione. Ningún pueblo obtiene más de lo que merece y lucha.

Desde el corazón del Campus Central Universitario “Octavio Méndez Pereira”, casa de estudios superiores del pueblo panameño, el ser humano primero.